Pequeña historia de la movilidad compartida en Barcelona
Barcelona es una de las ciudades europeas con mayor potencia para la movilidad compartida:
En 2007 estrenó su propio servicio municipal Bicing de bicicletas públicas compartidas. Actualmente cuenta con 7.000 bicicletas mecánicas y eléctricas a las que pueden acceder los usuarios en cualquiera de las 524 estaciones repartidas en diversos puntos de la ciudad.
Desde 2016 empresas privadas locales (Yego, eCooltra) e internacionales (Scoot y Donkey Republic) lanzaron una interesante variedad de servicios de movilidad libre.
En 2017 el Ayuntamiento de Barcelona empezó a preocuparse por la regulación de estos servicios. La principal preocuapción era no comprometer su Plan de Movilidad Urbana (PMU).
En 2019, Barcelona lanzó una convocatoria de aplicaciones para servicios de micromovilidad compartida. Hay unas 30 licencias a punto de ser otorgadas a operadores que ahora se lo están repensando, pues dudan de la rentabilidad del proyecto.
Normativa municipal de Barcelona para la movilidad compartida
En 2019 el Ayuntamiento de Barcelona incorporó su propio régimen de licencias para prevenir problemas de movilidad derivados del uso compartido de vías y espacios públicos con peatones y vehículos privados.
Barcelona decidió otorgar un excesivo número de licencias: 21 operadores de motos eléctricas, cada uno puede operar hasta 331 vehículos; y 10 operadores de bicicletas, cada uno puede contar con una flota de 419 vehículos.
Se esperaba que la selección natural hiciera el resto y solo quedaran 3 o 4 operadores en cada categoría.
No obstante, los operadores se han visto afectados y empresas como eCooltra, tendrá que sacar de circulación cerca del 80% de su flota y despedir a la mayor parte de sus trabajadores, ya que solo pudo optar a 331 motocicletas.
La experiencia de Madrid en movilidad compartida
Madrid hizo lo mismo que Barcelona en 2019 Madrid y otorgó licencias a 18 empresas de e-scooters compartidos, para operar con 8.600 vehículos. Tras poco más de un año de operaciones Madrid aprendió varias lecciones importantes sobre la movilidad compartida tal y como exponen los expertos Alexandre Gauquelin, Fundador de, Micromovilidad Compartida y Julien Chamussy, Co-Fundador y Vicepresidente de Marketing, fluctuo
1.- Las startup locales no tienen la capacidad para sobrevivir en un entorno tan competitivo:
La baja inversión de capital puede ser un atractivo para empresarios y emprendedores locales. Sin embargo, éstos subestiman los costos y lo complejo de operar una amplia flota de vehículos, especialmente en un entorno donde hay una gran competencia. En Madrid 6 operadores locales cerraron operaciones en tan sólo dos meses o no iniciaron operaciones.
2.- Los grandes operadores (locales o foráneos) saldrán del mercado por no contar con las suficientes licencias:
Tier que poseía 484 licencias dejó de operar en Madrid en julio de 2019, Voi con 162 licencias lo hizo en diciembre de ese año. Operar una flota pequeña de vehículos en un entorno tan competitivo no resulta rentable, debido a que los costos fijos de operación como recarga de baterías, mantenimiento del vehículo, pagos al personal, alquiler de oficinas y almacenes tienen un peso mayor para las flotas pequeñas.
Expertos en micromovilidad consideran que para lograr una rentabilidad operativa aceptable los operadores necesitan contar con una flota de al menos 500 vehículos. De hecho Tier ya retiró su aplicación en Barcelona.
3.- La credibilidad en el sistema se ha visto afectada:
La credibilidad del sistema se ha visto afectada por las adquisiciones y transferencias de licencias, un fenómeno que afecta a operadores y funcionarios de la ciudad. En Madrid SJV Consulting, una empresa local sin ninguna experiencia en servicios de movilidad compartida, logró la adjudicación de 1.315 licencias. No obstante, como anticipaban los expertos en movilidad, no le fue posible iniciar operaciones a tiempo. Ante el riesgo de perder las licencias esta empresa decidió transferirlas a MOVO.
Bird otro de los operadores presentes en Madrid ha logrado adquirir a empresas como Scoot, Circ y Koko, lo que implica que también obtuvo sus licencias. Estas transferencias y adquisiciones crean un panorama de inestabilidad que afecta la confiabilidad de los servicios compartidos de micromovilidad en la capital española.
4.-Sólo los grandes y experimentados sobreviven
Al ver la lista de las empresas que siguen operando en Madrid: Bird, Lime, Bolt, Movo, Jump y Wind, basta para darse cuenta que sólo los más experimentados y con más capacidad financiera sobreviven en un ambiente tan competitivo, incluso donde algunas empresas nunca llegaron a operar y cedieron sus licencias, otras debido a problemas operativos y financieros fueron vendidas a otros operadores.
Lime y Bird son los líderes mundiales en scooters eléctricos compartidos, otros operadores están respaldados por grandes empresas de transporte compartido. Jump es respaldada por Uber, Movo por Cabify y Bolt por Taxify.
¿Qué podemos esperar en Barcelona?
- Se espera que el panorama en Barcelona presente las mismas turbulencias que en Madrid, cesiones de licencias, adquisiciones, cese de operaciones y hasta quiebras.
- Se estima que el número de vehículos disponibles probablemente será muy inferior a los 11.000 que ha permitido el Ayuntamiento de Barcelona. En Madrid sólo operan menos de un tercio de los scooters permitidos por las autoridades.
¿Fragmentar el mercado es acertado?
Como se ha visto en Madrid fragmentar el mercado con una gran cantidad de operadores de movilidad ha creado un impacto negativo en todo el sistema afectando a usuarios finales y operadores. Si al final solo sobreviven los operadores más experimentados y con mayor capacidad financiera, ¿Para que sacar al mercado tantas licencias? Lo más apropiado viendo la experiencia de Madrid es seleccionar de forma racional 2 o 3 operadores que puedan dar un buen servicio. Aunque es de entender que se quiera dar oportunidades a las empresas locales.
